lunes, 1 de septiembre de 2014

Seized (extinta mole canadiense, sludge devastador a tres bajos)

Siendo el sludge un estilo especialmente propicio para los bajos aplastantes, obscenos e inmensamente gruesos, es raro que la propuesta de los canadienses Seized, activos durante la segunda mitad de los 90, aún resulte única casi veinte años después. Todo el bloque de riffs y pesadez viene despachado por un número variable de bajos, hasta tres de golpe. Por supuesto, encontramos más ejemplos de formaciones en estos géneros que prescinden de las seis cuerdas. Pero Seized, en su corta vida, se desmarca estilísticamente con un sonido muy particular.


No hace falta aclarar que el resultado es sucio y denso al máximo. Pero se da también un despliegue curioso de influencias a lo largo de los cuatro splits que lograron ver la luz, que toman los ritmos decadentes y pantanosos del sludge sureño de esta época y lo expanden con lecciones de Godflesh y riffs atmosféricos. Ésto, sumado al curioso sonido de las extremas distorsiones de cada bajo por separado, conforma una identidad concreta que varía según el material que se escuche.

Afortunadamente, los splits no se perdieron en el olvido y salió una recopilación de todos ellos gracias al sello Hater of God. Aunque la recopilación no sigue el orden cronológico, se puede ver fácilmente la amplitud de su estilo. Durante los primeros temas se mantiene en un riffeo hiperdenso y simplista a golpe de martillo, de aire industrial , con algún toque de death metal machacón y mucho gargajo. Sin duda un sonido intenso, pero nada que se salga de lo habitual.

                               

Es a partir de Total Mess donde el rango se amplia. En este tema aparecen ya ritmos más lentos, los bajos ganan en recursos, entra algo de blues... Acompañado del riff punkarra y las voces limpias desganadas de Under the 4th Moon, y su mayor complejidad estructural y de cambios de ritmo, se ve que el grupo tenía bastante que decir aun con la vastedad de unos bajos tan crudos. Sorprenden especialmente las melodías y zumbidos más agudos y macabros, que no sé cómo habrán logrado. En el resto del material se puede esperar de todo, desde canciones puramente punk a riffs muy melódicos y etéreos, pasajes muy metaleros y acelerados... en fin, una escucha, aparte de única, sorprendente y muy variada. Lo bordan finalmente con una versión muy cruda y sórdida de uno de los mejores temas de la historia del doom.

Para pillar una copia... temo que hay que acudir a la segunda mano, pues Hater of God hace un tiempo que dejó de existir. En discogs hay precios más que razonables. También puedes pulsar aquí y mirar para otro lado.

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