jueves, 4 de septiembre de 2014

Don Sugarcane Harris (violinista de rock y prog)

Una figura importante en cuanto a la fuerte presencia del violín en el mundo progresivo de los 70, es la de Don "Sugarcane" Harris. Comenzó tocando, además del violín, el bajo y la guitarra, y sus inicios de carrera a mediados de los 50, habiendo creado con su dúo Don & Dewey grandes clásicos del rock and roll como I'm Leavin' it Up to You, no fueron tan exitosos como prometían la calidad del material o la talla de artistas colaboradores como Earl Palmer y el propio Little Richard. Pero a finales de los 60, abandonó el dúo y se vio inmerso en la órbita de artistas tan transgresores como The Bluesbreakers o The Mothers of Invention, grabando de hecho en álbumes de sobrado renombre e influencia como Hot Rats (total, ná). Sus dotes de virtuosismo y variedad quedan plasmadas en multitud de discos, de los que voy a rescatar el enorme directo llamado Sugarcane's got the Blues.

Zappa y Harris llegaron a compenetrar bastante durante un puñado de años, incluso hay alguna anécdota carcelaria en la que el bigotudo salvó de caer entre rejas al moreno. La verdad es que el rocanrolismo de este violinista se palpaba en muchos de sus actos, llegando a tener un grupo directamente llamado Pure Food and Drug Act dedicado a la improvisación y cierto grado de experimentación, en el que aún sonando así de jugoso no he profundizado todavía. Tras unos cuantos años de vaivén, irresponsabilidad, grandes discos en solitario y declive de popularidad, terminó por trabajar con los experimentales e influyentes Tupelo Chain Sex. Sin duda, su aporte a la música popular ha sido tremendamente valioso y, relativamente, poco reconocido. Murió en 1999. Pero bueno, al lío, que me quedan tochos infumables al final, y el disco tiene mucho de lo que hablar.



Este directo que escojo, lanzado en 1972, es una pasada por muchas razones. Ya de primeras, la formación. con Sugarcane al violín eléctrico, Robert Wyatt a la batería y unos guitarristas del nivel de Volker Kriegel y Terje Ripdal alternándose durante los cuatro temas, promete un jazz-rock y unas jams de altísima calidad. Para terminar de dar forma a lo que casi parece un supergrupo de jazz fusion, tenemos a Wolfgang Dauner a las teclas y efectos, y un tal Neville Whitehead al bajo. 

El resultado son cuatro temas largos, fluidos, muy bien dirigidos y, sobre todo, increíblemente variados. El primer tema, Liz Pineapple Wonderful, establece un ritmo de improvisación frenética y magistral típica del jazz eléctrico. Aquí ya se palpa que, aun siendo composiciones y arreglos de Harris, es casi injusto que el disco quede bajo su nombre, pues todos los músicos brillan enormemente. Esto queda aún más claro en el tema que da título al álbum. Comenzando con una introducción bella y muy trabajada en el violín, casi podríamos decir que influenciada por la third stream, se vuelca después en una composición espectacular de jazz fusion donde el teclado en clave vanguardista destaca enormemente, para después encarrilar de nuevo las primeras armonías hacia un final esplendoroso y épico. Y todo ello, con un adicional y extrañamente presente tono bluesero, muy tangible en las voces. Una pieza ciertamente única. Su complejidad contrasta de forma maravillosa con el groove y el buen rollo de la versión de Song for my Father que entra a continuación, todo un despilfarro de blues y buen gusto, muy a destacar el violín y la batería detallista. Y ya para finalizar, si es que esto había sido poco, tenemos doce minutos de atractivos ritmos funkeros/souleros, también con aires de chicago blues, en Where's my Sunshine, que completa una revisión sorprendentemente exhaustiva de estilos tan amplios como todos los citados, sin llegar siquiera a los cincuenta minutos finales.

A las grandes virtudes de esta verdadera joya se suma la facilidad para encontrarla a bajo precio, y eso incluye el vinilo. También han sido lanzadas un par de reediciones en CD, una a cargo de Promising Music, y la otra es esta extraña edición japonesa que aparece en amazon, pero no en discogs... la versión que incluyo quizá no goza de la mejor calidad al ser un ripeo de vinilo, pero aseguro que para gozarlo, sobra.

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